Ruta por Covaleda

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Ruta por Covaleda

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En nuestro paseo partimos de la Plaza Mayor, presidido por el Ayuntamiento que fue inaugurado en 1948; frente a la casa consistorial vemos uno de los edificios más antiguos que se conserva en la localidad; salimos a la carretera en dirección a Soria y siguiendo por la acera podemos ver a nuestra izquierda un hermoso jardín y probablemente el edificio privado más destacado de la localidad inaugurado en 1911 conocido como “El Chalet”.

Avanzamos unos pasos y nos fijamos en los tejados que hay frente a nosotros, al otro lado de la carretera, para ver la única chimenea “de campana” que se conserva en el pueblo. Símbolo de lo que era la típica casa pinariega. Continuamos en dirección a la Ermita del Campo, y frente a ella una casa en cuya fachada lateral, la que da al jardín, se ven unas manos labradas en piedras dispares y una cruz, que probablemente corresponderían al antiguo eremitorio de los monjes benedictinos de Oña cuando Covaleda perteneció al monasterio de San Salvador (siglo XII), que hubo donde hoy se levanta la ermita, reconstruida en 1985 tras un incendio que asoló el edificio y destruyó el retablo. Cuando pases junto a la pequeña ventana mira por ella y veras, presidiendo la cabecera, la imagen de Nuestra Señora del Campo, una talla románica.

Caminamos un poco para fijarnos en la clave del dintel de una puerta que como en el caso anterior también pudo formar parte del desaparecido eremitorio de los monjes benedictinos; continuamos en dirección a la Iglesia de S. Quirico y Sta. Julita, edificio construido en el siglo XVII sobre los restos de la antigua iglesia románica; en los muros laterales, encima del jardín, observamos la sección de tumbas antropomórficas del antiguo cementerio que rodeaba a la iglesia siguiendo una costumbre del siglo XI que se repite en todos los pueblos serranos, desde esta panorámica lateral buscamos en la cabecera de la iglesia el desagüe del lavamanos de la sacristía, una pista es que esta labrado en la roca.

Para acceder al templo subimos unas amplias escaleras atravesando un arco conopial decorado con volutas, sobre él una cruz de piedra perteneciente a la desaparecida ermita de San Marcos. En el lado izquierdo del pórtico cubierto, junto a la puerta, hay un curioso reloj de sol; la portada principal da acceso al interior donde entre otras obras destacan un hermoso retablo barroco del siglo XVIII y una pila bautismal de estilo románico. Venera la bella imagen del Crucificado articulado cuyo descendimiento el día de Viernes Santo es motivo de masiva asistencia al culto. Antes de continuar el paseo, busca en el exterior de la fachada, cerca de la ventana de la torre-campanario, los impactos de bala que testimonian la batalla que hubo en Covaleda entre Carlistas e Isabelinos un 12 de octubre de 1838. Seguramente hubo muchos muertos.

Nos disponemos a subir una de las numerosas cuestas que tiene la localidad, no sin fijarnos antes en el curioso dintel de una de las ventanas, que pudo haber formado parte del antiguo hospital recogido en el Catastro del Marqués de la Ensenada, una hospedería destinada a dar cobijo a los transeúntes. Tal vez puedas ayudarnos a descifrar el texto de la inscripción. Avanzamos un poquito y nos desviamos por un camino para ver un curioso acuífero abovedado, situado próximo a una zona de cuevas denominada “Los Castillos”, donde pudo estar ubicado el primer asentamiento de población, contemporáneo con el que hubo en el paraje del Pozo San Millán.

Retrocedemos para volver a la calle y decidimos continuar subiendo hasta bordear el pueblo por la parte más alta donde estuvo ubicada la desaparecida ermita de San Miguel porque desde allí la vista panorámica es excelente;
o tomamos la calle de la izquierda y bajamos por una más estrecha hasta dar con una antigua casa en la que vivió el descubridor del paraje denominado “Mina del médico”; en el dintel de este antiguo balcón podemos leer una inscripción y en su fachada lateral el escudo de la familia. Continuamos por esta calle en dirección a la zona del pueblo donde comenzó el fatídico incendio. A tan solo unos metros se conserva una cruz labrada en la piedra del dintel en la ventana de una antigua casa, encuéntrala.

Caminamos hasta ver la fachada de la casa donde el escritor José García Nieto residió cuando estuvo en Covaleda. Hay una placa conmemorativa. Muy cerca, la casa de Manuel Cámara, rehabilitada como Casa de Cultura; del antiguo jardín de este edificio se conserva un hermoso castaño. Seguimos la calle hasta la carretera para regresar a la plaza; junto a la zona ajardinada destaca una casa construida en 1908 que nos llama la atención por el friso de azulejos sobre el piso superior; en la fachada trasera de este edificio, a la altura del alero busca el escudo . Estamos de vuelta en la plaza del pueblo; en la fachada del Centro de Día vemos el escudo de la antigua farmacia esculpido en piedra arenisca. Hemos terminado un breve recorrido por el pueblo; es el momento de tomar algo y disfrutar de la paz que se respira en la Plaza Mayor.